sábado, 14 de septiembre de 2013

NILO ABAJO


 
Detalle de uno de los ventanales del viejo taller de De La Pulcra Ceniza en c/Riereta, 10, Barcelona.


La inspiración y los trabajos internos de la sensibilidad son inmateriales; la levadura mental del arte puede brotar en cualquier sitio. Nuestro laboratorio interior nos acompaña siempre y es infinito como el universo. En ambos, el centro está en todas partes.

   Por el contrario la plasmación, realización y ejecución de esos proyectos suele llevarse a término en un espacio acotado cuya posición en la esfera del mundo está definida por unas coordenadas bien precisas.

    La máquina sensible que alimenta nuestro proyecto es nómada y puede plantar su cobertizo mental en cualquier parte, pero las señas de su obrador han estado y están ubicadas en un domicilio físico perfectamente localizable.

    De La Pulcra Ceniza cubrió las etapas iniciales de su desarrollo en su ya mítico y entrañable taller de la calle Riereta, nº 10. Allí se puso en marcha  el proyecto, se creó el logotipo, se realizaron los seis primeros números de Libros De La Micronesia y el primero de la Biblioteca Fósil. El espacioso taller estaba situado en el primer piso, encima de un colegio.

     Siempre decimos que aquella etapa del proyecto era un reflejo del nombre de la calle donde estábamos situados. De La Pulcra Ceniza era apenas un brote, una diminuta riera que arrastraba una actitud y unas cuantas ideas que parecían interesantes y debíamos necesariamente ampliar.

    La vorágine especulativa que se cernió sobre Barcelona a mediados de la pasada década nos arrebató aquel espacio y tuvimos que irnos con la música a otra parte. Si bien acabamos en la otra punta de la ciudad, en un taller de características muy diferentes al anterior, la casualidad o el destino quisieron que se repitieran, invertidas, algunas peculiaridades de nuestra anterior ubicación.

    Desde 2006 estamos situados debajo de un colegio —de una guardería, para ser más precisos—,  en el espacioso sótano del número 28 de una calle cuyo nombre remite nuevamente a lo fluvial pero en sentido superlativo: calle Nilo.

    Aquí se han publicado las tres últimas entrega de Libros De La Micronesia, hemos desarrollado el concepto del libro fosilizado, le hemos puesto logotipo a la Biblioteca Fósil y se la ha impulsado hasta su décimo número. Sobre esos cimientos, que venían de Riereta, hemos levantado una serie de intuiciones que se han desarrollado por entero en la nueva ubicación. Transmigración De La Boca, Gráfica Sideral y El Azul De La Carne son poéticas que pertenecen ya a nuestra etapa Nilo.

   Hemos vuelto a constatar que, como ya ocurrió en Riereta, el proyecto se ha impregnado de las características del cauce da nombre a la calle. De La Pulcra Ceniza se ha mimetizado con el Nilo. La riera y nuestro proyecto han crecido y se han transformado en una corriente que discurre ancha y profunda como el Nilo.

    El título de la exposición, Nilo abajo, nos parece pertinente porque sintetiza la dinámica de nuestra evolución en una expresión poética y coloquial  perfectamente comprensible.


El propósito de la exposición es mostrar lo que hemos venido haciendo y nuestra obra en marcha. La peculiar visión que tenemos de la cultura impresa, el tono irreverente y a la vez cuidado de lo que publicamos, y nuestras curiosas reflexiones y propuestas acerca de lo que puede dar de sí un ancho proyecto que sobrepasa la índole estrictamente editorial, han hecho que la variedad, riqueza y amplitud de nuestra producción no haya podido ser exhibida hasta ahora en su totalidad. Por motivos de espacio, nuestras últimas exposiciones —Centre Cultural, Vilanova del Vallès, 2008; Arts Santa Mónica, Barcelona, 2010—  han mostrado únicamente los fragmentos más representativos del bagaje de De La Pulcra Ceniza. A estas alturas, todavía permanece inédita una de nuestras obras más perturbadoras y de mayor calado, Libro del sábado, cuyas generosas proporciones (50 m2) nos han forzado a dejarla de lado en cada uno de nuestros compromisos.

    Su prestigio, el rigor de su programación y la amplitud de su espacio expositivo hacen del Espai Betúlia el marco idóneo para la exhibición de Nilo abajo. La muestra recogerá la práctica totalidad de la producción de De La Pulcra Ceniza desde sus comienzos en 1995 hasta hoy, que se ha diversificado con los años en una serie de publicaciones, objetos, poéticas, indagaciones e hipótesis diversas respecto a la cultura de la imprenta:

Libros De La Micronesia
Biblioteca Fósil
Libro Del Sábado
Gráfica Sideral
Transmigración De La Boca
El Azul De La Carne
La Estampa Indeleble


Nilo abajo se exhibirá en el Espai Betúlia de Badalona hacia la próxima primavera. Con ocasión de la muestra, publicaremos un catálogo diseñado por Nora Grosse y con textos de Óscar Guayabero y Juan Miguel Muñoz.


Detalle de otro de los ventanales de nuestro primer taller.

c/ Riereta, 10, 1º 2ª. Vista de una parte del espacio.

Vista panorámica de una de las alas del taller de De La Pulcra Ceniza desde 2006. Calle Nilo, 28, Barcelona.






lunes, 2 de septiembre de 2013

RUTA NOCTURNA (I)






El próximo día 9 de septiembre publicamos, finalmente, Ruta Nocturna, décimo número de la colección Libros De La Micronesia, de cuya gestación a lo largo de estos dos últimos años hemos informado parcialmente en algunas entradas de este blog.

     A consecuencia de nuestra particular noción de lo que significa editar, y de la relatividad con que afrontamos las exigencias de premura y puntualidad, la publicación ha visto la luz con casi medio año de retraso sobre la fecha de aparición inicialmente prevista. Lo cierto es que nos quedamos cortos y no la pudimos presentar en la última edición de la feria Arts Libris del pasado mes de abril, como era nuestro deseo.

     El décimo número no es un ordinal cualquiera en la trayectoria de una publicación que ha alternado la periodicidad anual con la bianual e incluso la trianual, como es el caso de Libros De La Micronesia. Señala el momento preciso de inflexión en que el proyecto pasa de uno a dos dígitos para numerar cada una de sus entregas; tránsito simbólico en el que ―así queremos creerlo― deja atrás su primera época y alcanza la mayoría de edad, su incipiente madurez como empresa que ha logrado, como mínimo, mantenerse en el tiempo.
  
    Trabajando en este número, colocándole ese intimidante “Nº 10”, hemos percibido por primera vez que nuestra criatura franqueó hace tiempo su pubertad y su particular adolescencia, y que la hemos llevado de la mano a través de la maleza mustia de los años sin advertir que todos nos hacíamos  mayores.

  Gestar y culminar una publicación tan poderosamente señalada por las circunstancias es un reto para cualquier proyecto editorial. En De La Pulcra Ceniza nos pusimos manos a la obra totalmente convencidos de que el décimo número iba a ser especial en nuestra trayectoria, y de que si puede hablarse de “continuidad ascendente” en la curva que la colección describe, Ruta Nocturna debería ocupar, con suficiencia y por méritos propios, la cresta de la primera época de Libros De La Micronesia.

     Que hayamos logrado o no ese propósito lo sabremos en breve y nos lo delatará un sonido: el eco que el impacto de la publicación tenga entre nuestro público.


Como todo Libro De La Micronesia que se precie, Ruta Nocturna es una publicación compleja que integra elementos textuales, plásticos y objetuales que interactúan entre sí en estrecha piña conceptual y estética. Su cuerpo central (Ruta Nocturna) se ha destilado a partir de los textos de David Aceituno y las ilustraciones de Juan Miguel Muñoz, que trabajaron por separado con intención de que imagen y texto no se solaparan o fueran redundantes más allá de lo inevitable. A ese cuerpo central hay que añadir La bestia que desprende luz, de Luís Vadillo, un texto lateral pero imprescindible para la compensación de fuerzas de la publicación.
      
      A esos dos elementos constituyentes se suman una serie de añadidos entrañables y detalles curiosos que otorgan al conjunto su peculiar timbre de edición fuera de lo común: el libreto con imágenes de camioneros y sus venerables máquinas, un tacómetro usado, fragmentos del manual de instrucciones de un camión Pegaso, etc.

    Como ya es habitual, la publicación se presenta en el típico estuche impreso a una sola tinta, negra en este caso, iluminada únicamente con nuestro conocido logotipo.

   La publicación va dedicada a Alfonso Lozano, amigo, mecenas y mucho más recientemente desaparecido, y ha contado con el apoyo incondicional de: Élite Gràfic 2000; Group Advance Industrias Gráficas; Service Point; Baró Siglo XXI; Doresa S.A.; Guarro Casas, Egedsa y Luis Milá. Nuestra sincera gratitud a todos.

   El equipo que ha alumbrado Ruta Nocturna lo componen: Araceli Ramos, Juan Miguel Muñoz y, muy especialmente, nuestro ya legendario e irrepetible binomio de productores: Ángel Fraternal & Daisy Dusk.

   La edición consta de 450 ejemplares numerados, que ponemos a la venta el próximo día 9 de septiembre al precio de 40 € c/u. Únicamente lo venden De La Pulcra Ceniza y la Llibrería Laie CCCB de Barcelona.